El proyecto comandado por Dan Slott que pretende contarnos
los primeros días de Peter Parker como Spider-Man, no es otra cosa más que una pérdida
de tiempo. Aunque debo aceptar que capto mi interés tras su anuncio, debido a
algunos aspectos interesantes, después de leer el primer número me queda claro
que solo es otra de tantas historias hechas por Marvel para vender comics. En
estos tiempos donde Spider-Man está en boca de todos, los comics se venden como
pan caliente.
SPOILERS
El gran problema que tiene esta miniserie es que no tiene
una finalidad alguna. Se siente demasiado burdo, muy poco pensado y con poco,
pero muy poco corazón. Dan Slott se aventura a querer contarnos los primeros días
de Spider-Man, momentos que a estas alturas del personaje han sido explorados
infinidad de veces y muy pocas, bien hecho. Al fanático en general le importa
poco lo que ocurrió en esos días de inestabilidad arácnida.
Con una narrativa y guiones bastante simples, volvemos a ver
los clásicos elementos de aquellos días donde Steve Ditko y Stan Lee marcaban
el camino del trepamuros. Las múltiples referencias a personajes clásicos como Liz
Allan, Flash o el Camaleón y Misteryo son agradables, pero no salvan a la
historia de la mediocridad. La poca profundidad emocional que Slott le brinda a
sus historias se siente de principio a fin. Es una burda extensión de los
primeros números de Amazing. Hay pocos elementos nuevos y estos no son
suficientemente atractivos; como la introducción a Clash. Otra vez la formula
Marvel que se ha venido desgatando con el paso del tiempo.
En los lápices tenemos a Ramón Perez, quien anticipo su interés
por revivir el estilo de Ditko. Una idea que desde el inicio vi con malos ojos.
El legendario estilo Ditko es clásico, pero no necesariamente bueno, y menos en
estos días donde el dibujo digital sobresale. En el intento de Perez por
encontrar trazos retro, viene su penitencia. El artista no logra integrar dicho
estilo con las nuevas herramientas de ilustración y termina siendo una gelatina
mal cuajada. Las tintas provenientes de su propia mano tampoco ayudan, así como
el color impreso por Ian Herring.
Amazing Spider-Man: Learning to Crawl 1 falla en el plano
visual y argumental dejando más dudas que esperanzas. Mantiene la esencia clásica
de Spider-Man pero no se adapta a las nuevas generaciones que no tienen
intensiones de regresar al viejo estilo Marvel. Un trabajo inestable de Slott
quien ya empieza a vender comics por su nombre y no por su calidad. No espero gran mejoría
en el segundo número.
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