La serie de Spider-Man no es un título que este hecho para
todo tipo de lectores, menos para los que estén casados con Peter Parker o
simplemente estén acostumbrados y necesitados de secuencias de acción
frecuentes. Se trata de una serie que trata de ir más allá.
El tándem Pichelli-Benids explora un tema bien complicado e
importante en la vida de Miles Morales: la amistad. Dentro de esta trama nos
encontramos con uno de los personajes más infravalorados de la baraja, Ganke,
el eterno amigo de Miles.
Gracias a los bien diseñados paneles creados por Sara
Pichelli, obtenemos una conversación realista entre amigos. Esa que todos hemos
tenido en nuestros años de juventud.
Ganke es uno de mis personajes favoritos y me encanta que
Michael Bendis se dé la oportunidad de explotar, tantos sus buenas, como sus
peores cualidades. Todo dentro de un contexto juvenil que nos acerca a los que ya
no somos tan jovencitos a recordar lo que era cursar la secundaria y el mar de
emociones que eso representa. ¿Quién no sufrió algo similar en esos años de su
vida?
Definitivamente el arte de Pichelli es el eje de todo. La
artista hace que en vez de ser una charla aburrida, se torne en una dinámica
conversación. Le basta con dibujar de manera excelsa las expresiones faciales
para elevar el nivel de la historia.
Para el final del comic viene un problema, y más que un
problema, es una carencia.
Si en Amazing Spider-Man nos quejamos por el hecho de que
Peter Parker no está a la altura de Spider-Man, aquí pasa lo contrario: cuando
Spider-Man sale a escena no parece estar a la altura de Miles Morales y su
“aburrida” vida.
Es evidente que Michael Bendis tiene problemas para
desarrollar al Spider-Man de Miles. Ya no estamos frente al niño que recibió
sus poderes, se supone que a estas alturas Miles tiene dominado a la perfección
su faceta como trepamuros. Cosa que no vemos, haciéndole un tanto predecible.
No hay vez en que Miles no salga herido o sea capturado.
¿Qué es lo que pasa? No vemos que el personaje de el salto definitivo.
La serie sigue siendo muy joven y antes de prender los focos
rojos creo deberíamos dejar que fluyan las cosas, pero es un hecho que se
necesita entrar a una etapa de
maduración que nos regale al mejor Spider-Man lo antes posible.
Spider-Man 4 tal vez no es el comic que muchos esperan, pero
para aquellos que gusten del estilo de Bendis y el trabajo de Pichelli, no
podrá ser decepcionante en ningún sentido.
¡Eh, nice timing! Justo llegaba de estudiar.
ResponderEliminarMiro lo épico de la portada y el resultado sentimental del comic y me pregunto como debe ser el balance entre Miles y spider-man.
Miles es muy diferente a Peter, inclusive de la contra parte ultimate de este último. Él tiende a ser más introvertido y tímido, no tanto como antes pero sí se mantiene un poco de esa esencia. Yo celebro su personalidad porque me lleva a leer comics como este, que de donde ser un Miles diferente, el resultado no sería el mismo. Pero también entiendo que su faceta de spider-man sea torpe y tan indirecta a costa de esto mismo, y eso no se puede permitir. Es un libro de spider-man después de todo. Pero, creo que en este caso lo que sucede es que se repite la misma que en su serie pre-secret wars; se acerca un evento y tengo que contar algo hasta que empiece. Sucedió en Miles Morales: Ultimate Spider-man y todo indica que la historia se repetirá.
Y otra cosa que siento es una falta de rostros de villanos. No veo mejor hora de experimentar con nuevos malvados. Villanos basados en la generación del ahora, así como lo fue Hammer Head en su tiempo.