En todos los años e historias que hemos leído de Otto
Octavius, siempre encontramos gran parte de su humanidad. Una humanidad que difícilmente
aparece en Norman Osborn, por ejemplo. Otto siempre ha sido un villano
diferente, un villano que ha pasado por infinidad de etapas, incluso ya le
vimos esquivar la muerte. Cada escritor le brinda algo nuevo. En esta ocasión,
Dan Slott nos dejo ver al Otto más humano. Un Otto Octavius que quiso ser un héroe,
pero no lo logro.
SPOILERS
Muy apresurado por empezar tan tarde el regreso de Peter
Parker, Slott y compañía terminan saturando los últimos números de sucesos que
probablemente, debimos disfrutar con más calma, con más cuidado, mejor
detallados. Pero lo hecho, hecho esta. Y aquí estamos con el penúltimo comic de
la serie que tuvo como protagonista a Otto Octavius.
Este número treinta es tan agradable pero predecible, que de
cierta forma, gusta pero no satisface. Me explico mejor; aquí tenemos una buena
historia que de antemano sabíamos cómo iba a terminar. Era imposible mantener
oculto el regreso de Peter; lo sabemos desde hace semanas. Es por eso que este
comic no entrega mayores sorpresas. Aun así funciona bien. Es bueno, cuando
debe serlo.
Las primeras páginas son el mayor ejemplo de lo
desperdiciado que estuvo el personaje de Miguel O’Hara. Aunque ahora eso tiene
una excusa, pues solo preparaban el terreno para darle su propia serie. De ahí en
adelante, Camuncoli rellena paginas con sucesos irrelevantes, como la aparición
de Los Vengadores, la incógnita de quien y que pretende en realidad Liz Allan y
el muy venido a menos Jonah Jameson. Justamente a la mitad del comic, Slott y
su dibujante sueltan las últimas balas del cartucho, las que esperábamos desde
hace mucho. Entonces, la historia se traslada a una estancia más emocional. Más
reflexiva. No se trata del regreso de Peter Parker, se trata de la despedida de
Otto Octavius. Cosas muy diferentes. Porque hasta el final, Slott no bajo la
guardia: no abandono a su creación máxima dejándolo derrotado, dejo que Otto se
fuera como un héroe caído, como una víctima de las circunstancias. Con un
fracaso, si, pero no con una derrota.
El escritor sabe muy bien como guardar balas en el cartucho,
y Otto Octavius es una de ellas. En un futuro lo veremos regresar, no hay duda
de ello, pero por ahora, habrá que recordarlo como un verdadero hombre. Un héroe.
Es aquí donde vemos la maestría de Slott escribiendo. Sus giros en el argumento
son casi brillantes. Del odio nos hizo pasar al respeto por un personaje, por
uno de los mayores villanos de Marvel. Hay que reconocerlo: cuando quiere, Slott
es jodidademente bueno en lo que hace.
Superior Spdier-Man 30 tiene como mayor desventaja el poco o
nulo efecto sorpresa, pero es sin duda el número más emocional de la serie. Logra
rescatar la esencia de Spider-Man mezclando correctamente los conceptos de heroísmo
y superioridad. Un digno final para una serie que no logro tener la estabilidad deseada. Números
buenos, muy buenos, malos y horribles. Este fue muy bueno.
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